
[FM Riachuelo 15/05/2020] Ayer en el programa Cazadores de Zonceras (jueves 19 a 21 hs) realizamos una extensa entrevista con Lito Borello, Sec. de DDHH de la UTEP y referente nacional de la Organización Los Pibes. Hablamos de todo: crisis sanitaria, alimentaria y contexto global.
Muchas veces lo coyuntural «nos tapa el bosque» a quienes hacemos comunicación popular. Por eso, desde que comenzó la cuarentena, intentamos crear espacios de reflexión y análisis en el aire de nuestros programas. Esta entrevista estuvo dentro de ese intento.
Hace tiempo se habla del concepto de “crisis civilizatoria”. A ya dos meses de la cuarentena, en este contexto puntual que estamos atravesando ¿Cómo se materializa ese concepto?
En principio, no somos analistas, somos militantes y nos hacemos de la interpretación de quienes tienen mayor capacidad de análisis. Esta organización (Los Pibes) que tiene más de veinte años, coincide con la lectura de teóricos que hablan de la crisis mundial que estamos viviendo. Tomamos como referencia el análisis del Papa Francisco que habla de una crisis que afecta por un lado a la humanidad y por el otro al medioambiente. Más aun coincidimos, desde el punto de vista teórico, con la interpretación del año pasado en Caracas en que los movimientos populares caracterizan la crisis como multidimensional: esto es financiera, económica, del trabajo, crisis energética, alimentaria, cultural, de modelo de democracia… y todo esto afecta a la humanidad y a la posibilidad de un futuro. Este es el análisis que más nos contiene y no llama la atención porque la construyen justamente los movimientos.
Yo creo que la realidad de hoy supera todo ese nivel de análisis, las familias padecen y la lectura, por lo tanto, es a flor de piel. A esto se le suma la disputa de los poderosos del planeta que se pelean para ver quien implementa la hegemonía de poder.
¿Y quiénes son esos poderosos?
Y… hoy los actores fundamentales son EEUU, China y Rusia. Hay alianzas temporales pero se corrió el eje del mundo eurocéntrico, hoy la Unión Europea ha perdido la carrera, fue desalojada y el mundo unipolar que planteaba Estados Unidos, a partir de los 90 con la caída del Este, duró algunas décadas pero hoy ha perdido hegemonía frente a la primer economía mundial que es China.
Esa guerra se da entre ellos y hacia el mundo con las guerras híbridas, que son todas las formas: la guerra económica, cultural, la utilización de la justicia para desbaratar gobiernos populares, todas esas maneras son parte de la guerra híbrida. Esta pandemia, entonces, nos muestra el desenlace de esa guerra, donde todo vale y se evaporan las institucionalidades que conocíamos hasta ahora, empiezan a disputar el planeta en guerras demenciales, en las que hay que correrse del pensamiento humano para imaginar de qué son capaces.
Cuando hablas de la demencialidad del poder, uno escucha que se habla de Trump y Bolsonaro como locos ¿es así, están locos?
La verdad seria simplificar la mentalidad de los poderosos afirmar eso. Es imposible pensar que solo están locos. Están decididos a implementar un modelo de dominación mucho más sanguinario que el que conocíamos, están dispuestos a que mucha población muera para no perder sus privilegios. Ellos están reformulando el capitalismo para lograr uno más salvaje en que las asimetrías marchen a una dominación en donde se lleven puesta la vida de inmensas mayorías. Si en Argentina estuviese gobernando Macri, sucedería lo mismo. Por suerte pudimos, después de 4 años de lucha, echarlo. Es En definitiva, tanto Trump como Bolsonaro son la cara del próximo modelo de capitalismo, que, si bien es cierto que está en crisis, se propone reinventarse aún más salvaje.
Entonces, con todo esto que decís ¿podemos decir que la pandemia no es un virus cualquiera sino que responde a esa lógica?
Sí, claro, esto no responde a una desgracia. Los científicos venían advirtiendo que las repercusiones de la explotación de la naturaleza iban a afectar al ser humano. Después, se le puede sumar la teoría conspirativa sobre quién inoculo a quien, no lo sé, la historia dirá… pero lo que esta claro es que esto responde a las prácticas del capitalismo. Y que no se termina sólo con la cuarentena o el distanciamiento social obligatorio, tenemos que entender que esto responde a aquello que dijo Fidel Castro hace muchos años atrás: “hay una especie que está en peligro, es el ser humano”. Es decir que para salir de la pandemia, hay que construir otro mundo posible.
¿Y cómo se construye ese otro mundo posible?
Podemos empezar analizando esto mismo, desde la radio, lo comunicacional. Esta es una radio comunitaria ¿a quién miramos como modelo? A ninguno de los medios hegemónicos que, por más a fin que sean a nuestras ideas, no responden a un modelo popular sino a una lógica tradicional y que, la mayoría de las veces, subestiman el rol de los movimientos, dejándolos en el lugar del asistencialismo. Por eso tenemos que pensar en otra comunicación, que exprese otros intereses y que lleve adelante la batalla comunicacional en el marco de las batallas populares. Tenemos que ser la voz de nuestro pueblo. Para la construcción de ese otro mundo, hoy necesitamos mayor participación del tejido social, de las organizaciones, de los merenderos, de las cooperativos, mayor protagonismo en una nueva geometría del poder.
Por otro lado, en relación a esa geometría del poder, hace fácil avanzar en una reforma total. Así como en el 49, que se conquistó una reforma constitucional, hoy es más necesario que nunca una asamblea constituyente donde nuestro pueblo piense cual es la ley marco apropiada para ese otro mundo. Es necesario refundar la Patria y el Estado.
¿Eso quiere decir que ese otro mundo ya está en construcción? ¿Estamos ante un punto de partida?
Justamente, estamos en una tensión. La construcción de la alternativa no se da al final, se está construyendo ahora. En cada olla popular se construye alternativa, en cada cooperativa, en cada emprendimiento de la economía popular, cada club que trabaja en el territorio, la construcción de la alternativa es ahora, es en medio de lo viejo, cuando lo viejo aun no muere y nosotros hacemos surgir un nuevo amanecer.
Para esto necesitamos construir mayor nivel de conciencia, ya que a veces naturalizamos la opresión, por eso necesitamos conciencia para entender la posibilidad de triunfo, que no hay otro camino posible.El enemigo trabaja para bajarnos los brazos de la voluntad de lucha, para que aun explotados no tengamos fuerzas, pero si las inmensas mayorías caminamos hacia la liberación no van a poder sostener el poder.
Entonces, tiene algún sentido cuando el Papa habla de un ejército invisible, si ese mundo lo construimos aun sin ser del todo consientes, tiene sentido que nos quieran silenciar ¿es así?
La pandemia lo mostro de una manera clarísima: ni el Estado, ni el Gobierno, ni las Organizaciones, somos responsables de la cantidad inmensa de comedores, merenderos y ollas que han florecido en los barrios. Es la solidaridad, la conciencia, la memoria histórica del pueblo, lo que ha permitido en estos años renacer cientos de experiencia autónomas, apelando a la solidaridad. Es nuestro pueblo silvestre, rebelde, digno el que puso de pie centenas de experiencias para que el pueblo coma. Eso muestra la potencialidad de este sujeto, por eso los poderosos ocultan, silencian.
¿Y qué rol tienen los movimientos populares en ese resurgir?
Los movimientos populares son el emergente que se construye a partir del sujeto excluido en los 90, a partir de la desocupación. Así nació Los Pibes, primero peleando por reivindicaciones urgentes y luego por otra sociedad. Hoy en día el movimiento obrero, que viene de aquel trabajador que tenía empleo y por lo tanto patrón, se reconfigura en este nuevo universo de las economías populares, son aquellos que se han tenido que inventar el trabajo, son los “poetas sociales” de los que habla Francisco. Nosotros somos parte de ese universo y nos sentimos llamados a la construcción de otro mundo posible, esperamos estar a la altura de la lucha del pueblo.