#3J CON GOBIERNOS LIBERALES, NO HAY NI UNA MENOS

[FM Riachuelo 4/07/2019] Ayer #3J se realizó la cuarta marcha “Ni Una Menos” y como la mayoría de las acciones del movimiento de mujeres en la región fue multitudinaria y contundente en su rechazo al actual sistema de poder y dominación.

El primer Ni Una Menos se realizó el 3 de junio de 2015. Y aunque no parecen muchos años, para los cambios vertiginosos que han atravesado los feminismos en nuestro país es mucha agua la que corrió bajo el puente. En aquel primer momento, los femicidios iban aumentando en cantidad y en crueldad. Como en el Medio Evo a las muejres nos quemaban, nos empalaban o nos metían en bolsas de consorcio y nos tiraban a la basura, porque eso valían nuestros cuerpos: nada. Muestra de esa desvalorización eran los medios masivos de comunicación que para entretener al público mostraban conductores correr con una tijera en la mano a las mujeres para rasgarles la ropa (y el chiste, claro, era el no consentimiento por parte de la señorita), humoristas que fantaseaban con chicas menores de edad, vulvas y tetas hegemónicas que aparecían sólo para placer masculino, reduciendo nuestra sexualidad a objeto de consumo ajeno.

La violencia era cada vez más cruda, los casos que aparecían nos generaban un nudo en la garganta y pronto entendimos que esa bronca había que materializarla en lucha, nuestro lugar era la calle, había que hacer ruido, organizarse, molestar y, por más ridículo que suene, pedir que no nos maten más, que no nos violen, que somos sujetas deseantes y no objetos de deseo. Que no es no, que sí cuando sos menor de edad es no. Que ni una menos, que vivas y libres nos queremos.

Y desde ese primer 3J hasta aquí ha cambiado mucho. Hemos logrado que ya no se hable de “crimen pasional” sino de “femicidio”, que exista legislación que nos contenga y que el aborto sea parte de la agenda política. Hemos logrado demostrar que las mujeres y disidencias somos sujetes de acción, después de todo el primer paro a Macri se lo hicimos las mujeres.

El Movimiento de Mujeres creció y no sólo en Argentina, en toda la región, como pregona el cántico “América Latina va a ser toda feminista”. Y es que les primeres en movilizarse ante gobiernos de derecha como el de Bolsonaro han sido también las disidencias y mujeres. Esto no es casual, es que entendemos que la lucha contra el patriarcado es también una lucha contra el capitalismo, contra el poder real, que nos hambrea, nos expulsa, mata a nuestres hijes a través de las fuerzas de represión y nos niega el acceso a la salud. Porque el hambre también es violencia, así como en el 2001 fueron las mujeres las que extendieron las tareas de cuidado del hogar hacia la calle y sacaron la olla para dar de comer en cada territorio del país, hoy frente a las políticas neoliberales son una vez más las que están frente a los comedores, a los merenderos y luchan contra la injusticia que les arrebata a sus familias.

Por eso este #3J fue diferente. Porque entendemos que la mujer pobre es doblemente oprimida, por mujer y por pobre y que con gobiernos como el actual no se puede negociar ni un tantito. Ayer al principio de la jornada, la CTEP presentó su proyecto de Ley de Emergencia en Violencia de Género y luego de eso las mujeres de la economía popular se sumaron a las negras, a las indígenas, a las migrantes y pidieron mayor presupuesto y mayores políticas públicas que acompañen a las víctimas. Se marchó por las que ya no están, se marchó por las presas por luchar, se marchó por la comunidad trans que es hostigada por la corrupción policial. Se marchó en repudió al presupuesto del FMI que dictamina que nuestras vidas valen menos que un boleto de colectivo. En repudió al abuso de las mal llamadas fuerzas de seguridad de la Ministra Bullrich. Se marchó en defensa de las mujeres originarias a quienes les roban las tierras para entregarlas a los grandes capitales extranjeros.

Al caer la noche la columna que comenzó en Congreso llegó finalmente a Plaza de Mayo donde se leyó el documento de cierre. Tomó casi dos horas llegar de un punto a otro y es que no se quiso leer el documento hasta que la última compañera no estuviese en la Plaza. El documento fue el resultado de las asambleas previas, en las cuales participaron distintas Organizaciones Sociales y Sindicatos, y comienza diciendo: “Hoy, 3 de junio de 2019, estamos acá una vez más para tomar las calles y manifestarnos, para decir basta de violencia económica, sexista, racista y clasista contra las mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales, no binaries, gordes e intersex; de la clase trabajadora: ocupades, desocupades, precarizades, piqueteres y de la economía popular, visibilizando especialmente a las mujeres indígenas, originarias, afroargentinas y negras en pos de empezar a saldar la deuda histórica para con ellas y todas las identidades vulneradas por el capitalismo patriarcal y el modelo económico de Mauricio Macri y la alianza Cambiemos, sostenido por su gobierno y los gobiernos provinciales que precarizan nuestras vidas y profundizan todas las desigualdades y las opresiones” Y continúa : «La enorme transferencia de recursos hacia los grandes capitales financieros mediante una devaluación que destruyó buena parte del salario, la fuga de divisas, el acuerdo con el FMI, la justicia patriarcal y la reforma previsional, así como la política de persecución, represión y criminalización de la protesta social y de guerra contra nuestro pueblo, precarizan día a día nuestras vidas. Ante este momento, los feminismos tenemos que ser resistencia y alternativa porque tenemos la tarea ineludible de aportar una alternativa de futuro para que el pueblo no siga pagando las consecuencias de esta crisis»

Podrán entenderlo o no, pero ya no hay grises en el movimeinto de mujeres, la lucha es juntes, organizades, en la calle y con el puño apuntando al poder.

 

 

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