
[FM Riachuelo, 3/6/2022] Ayer jueves 2 de mayo, en el marco de la presentación de la reedición del libro «Darío Santillán, El militante que puso el cuerpo» en la sede de la Usina del Pensamiento Nacional y Popular (UPNP), Venezuela 574 San Telmo, se realizó una Jornada sobre Neoliberalismo, Memoria y Resistencia Popular. Participaron Mariano Pacheco, co-autor del libro, miembro de la UPNP e integrante de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), Natalia Romé, Docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales – UBA y Luciano Álvarez, Secretario de Organización del Movimiento Popular los Pibes (MPLP) – UTEP.
El libro es una biografía que narra una vida signada por la pasión y el coraje. En sus páginas recuerda el 26 de junio de 2002, cuando agentes de la policía bonaerense asesinaron en Avellaneda a Darío Santillán y a Maximiliano Kosteki, integrantes de Movimientos de Desocupados Aníbal Verón, que habían intentado cortar el Puente Pueyrredón en demanda de trabajo digno.
“Siempre digo que la masacre de Avellaneda para nosotros funciona como un cierre de un ciclo de lucha”, sentenció Mariano Pacheco y agregó: “no por una cuestión de índole personal, sino por lo que implicó para el conjunto del movimiento popular. La masacre de Avellaneda entiendo que cierra el ciclo en doble sentido, por un lado iban por un proyecto que implicaba una represión abierta al movimiento popular y eso no lo pudieron desarrollar, pero a la vez clausura la tendencia insurreccionalista del movimiento popular”
Luciano Álvarez agradeció la invitación de Mariano a esta presentación entendiendo que obedece a que el MPLP también sufrió, a dos años de esa masacre y en vísperas de su conmemoración, la pérdida de un compañero histórico, Martin Oso Cisneros: “El Oso Cisneros fue asesinado dos años después del asesinato de Maxi y Darío por mecanismos similares. En el caso del Oso a través de la tercerización de la violencia del Estado, en el caso de Maxi y Darío claramente por una decisión manifiesta del Estado de aplacar el conflicto social”.
La jornada contó con la participación de militantes de diversas organizaciones y la presencia Esteban “Gringo” Castro, secretario general de la UTEP, quien tomó la palabra y contó su experiencia en esos tiempos tan difíciles: “La dictadura le abrió la puerta a todo lo que vino después. La pelea en los 90´ había que remontarla de un desguace inusitado. Aunque hubo una camada de pibes que se pusieron al hombro este tipo de peleas que da como resultado fortalecer la lucha y de alguna manera esa pelea fue el principio de que el neoliberalismo mostrara sus flaquezas. Sin toda la lucha, que siempre se lleva a algún compañero, no había posibilidad de pensar cómo ponerle límite a esa situación de arrasamiento y se le puso límite con esto”.
Para cerrar su intervención Luciano Álvarez expresó: “Esperemos que hoy a 20 años de Maxi y Darío y 18 de Martín sigamos pudiendo ser dignos de esa sangre que se derramó. Pérdidas que de alguna forma igual se van transformando en bandera y en energía transformadora para dar vuelta la tortilla. Eso nos tiene que impulsar aunque no sea en nuestro momento, en algún momento va a llegar, y en eso tanto Darío, Maxi y el Oso van a haber sido un aporte central que tenemos la obligación de seguir sosteniendo”