[FM Riachuelo, 02/05/2023] Cuando se habla de la guerra de Malvinas usualmente se traen imágenes sobre lo que fue el combate en las Islas. Poco se enseña en las escuelas sobre todos los hechos que formaron parte del proceso. También es el caso del aniversario del hundimiento del Ara General Belgrano, el 2 de mayo de 1982.
Es importante aclarar que hasta esa fecha la guerra no había escalado a niveles altos. Había una situación de tensión y puja por los territorios, pero existían mediaciones que buscaban la paz en la ONU. Ahora bien, sería errado pensar en este conflicto bélico sólo como una pelea por territorio. Si bien el pedido de devolución de las Islas Malvinas había sido reiterado en varias ocasiones por el Estado argentino ante la ONU, cuando estalla este nuevo conflicto el estado británico, que en ese entonces tenía a Margaret Thatcher como Primer Ministra, estaba dispuesta a hacer cueste lo que cueste para seguir teniendo el control de aquel enclave colonial de suma relevancia geopolítica. Es así que, el 2 de mayo de 1982 desoyendo cualquier tipo de razón la ministra da la orden de hundir al Ara General Belgrano, un buque de guerra de la flota argentina. Se buscaba un hecho que no se pudiera desescalar, ya que una solución pacífica hubiese significado una derrota política.
¿Qué indicios llevan a pensar sobre esta estrategia política? César Trejo, ex-combatiente de la guerra, detalla cómo se sucedieron los hechos de ese ataque: «El comandante del submarino británico HMS Conqueror, se llamaba el Capitán Redford Brown, se hizo repetir la orden en tres oportunidades. Hay una tradición en la armada británica que un comandante de una unidad que recibe una orden directa de cumplir una misión, un ataque, por ejemplo, no puede hacérselo repetir más de 3 veces. A la 4ta vez, el segundo comandante de esa unidad está habilitado para sacar la pistola y dispararle. ¿Por qué Redford Brown extremó la medida de hacerse repetir hasta la última oportunidad la orden? Porque sabía que lo que estaba haciendo era incorrecto.»
Según el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas los países deben resolver los conflictos sin el uso de la fuerza, salvo cuando interviene el principio de legítima defensa. Ahora bien, este principio no da autorización para hacer cualquier cosa. Hay unas reglas que se fueron construyendo entre las potencias de la época del siglo XIX y XX (entre ellas el propio Reino Unido), que tiene que ver con la limitación al uso de la fuerza. Por ejemplo: uno sí toma prisioneros de guerra no los puede asesinar, ni obligar a hacer tareas peligrosas, ni los puede hambrear, ni dejar sin cuidado a su salud. También existe una que determina cuando un blanco es lícito. Por ejemplo para poder hundir un buque de guerra, ese blanco tiene que estar significando una amenaza para la propia fuerza, un peligro inminente. Ahora bien, César enumera distintas condiciones que determinan por qué el Belgrano no catalogaba como amenaza: “El Belgrano cuando fue hundido después de 30 horas de persecución por parte del submarino Conqueror, estaba fuera de la zona de la zona de exclusión, bilateralmente declarada por el Reino Unido. Estaba a más de 350 kilómetros del buque británico más próximo, sus cañones llegaban a 25 kilómetros de alcance. Es decir que no significaba ningún peligro. Además, estaba volviendo a su base. A pesar de esto fue atacado. No presentaba ninguna amenaza militar, sólo significaba un objetivo político.”
Este testimonio demuestra que se viola el principio de proporcionalidad, ya que los torpedos utilizados por el buque británico garantizaban que el Belgrano fuera hundido, no ponerlo fuera de combate. Además significó también un crimen contra la paz, porque había mediaciones en ese momento que podían terminar sin más violencia el tema del conflicto entre la Argentina y el Reino Unido. Ahora bien, ¿qué ha pasado que hoy en día sigue sin poder juzgarse estos crímenes de guerra? En el año 1989, el entonces presidente de la Nación Carlos Saúl Menem y su Canciller Domingo Felipe Cavallo, suscribieron declaraciones conjuntas, donde reanudaron las relaciones bilaterales con Gran Bretaña. En ese convenio firmado el 19 de octubre de 1989, la cláusula tercera dispuso que ninguna de las partes hará reclamo a la otra por los hechos acaecidos durante la guerra hasta la fecha. No es que realmente el Reino Unido tenga algo que reclamarnos. Sí es el caso del pueblo argentino, que hasta la fecha no ha logrado conseguir justicia, no sólo por los héroes caídos del Belgrano, sino en toda la guerra.
Para los excombatientes el Belgrano representó el crimen que mayor cantidad de víctimas tomó, 323 de un total de 632 muertos durante la guerra, 17 murieron en el continente. Por lo tanto, más de la mitad de los caídos en combate murieron en el Belgrano, de las 4 a las 5 de la tarde del 2 de mayo de 1982. Estos convenios firmados por Menem, conocidos como los acuerdos de Madrid I y II significaron, de alguna manera, la entrega del patrimonio Nacional y la firma de la derrota frente al imperialismo anglo-norteamericano. Además sirvió también para que los sucesivos gobiernos argentinos no quisieran cumplir con su deber, que era presentar una demanda ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya.
¿Qué se hace entonces en la actualidad con un conflicto que no se ha resuelto y que deja una herida no sólo en los excombatientes y sus familias sino también en la memoria colectiva de nuestro pueblo? ¿Cómo recuperar la historia para que sirva de ejemplo en las luchas que se nos vienen? César opinaba al respecto: “Pienso que Malvinas es un tema de absoluta actualidad, y de futuro. Es uno de los espacios territoriales que tienen una enorme importancia geopolítica, no dicho por nosotros sino demostrado por los propios británicos que sostienen la empresa colonial junto con Estados Unidos, porque hay una base de la OTAN en nuestras Islas Malvinas. Por otro lado, hacemos historia para entender el presente y pensar el futuro. Sino no sería de actualidad la gesta de independencia de la San Martín, porque está distanciado dos siglos de nuestro presente. Sin embargo, es muy importante conocer cómo se dio la guerra de la independencia, cómo nos hicimos independientes del reino de España, y después lamentablemente caímos bajo la dependencia del imperio británico. Entonces, la historia, aunque nos parezca un hecho lejano es la política del pasado, y la política de hoy es la historia del futuro. Por lo tanto hay una continuidad, y si no comprendemos de dónde venimos, no sabemos dónde estamos parados ni sabemos a dónde vamos a ir.”
César, también señala el problema de la colonización en instituciones: “No se trata de un problema de distancia temporal, de lo que se trata es de que los productores de sentido en la Argentina están colonizados, ese es el problema. La mayoría de las universidades, los académicos, los intelectuales, los comunicadores sociales y gran parte de la dirigencia política está colonizada. (…) El problema son los dirigentes, tenemos una necesidad de recambiar nuestras élites, que no son dirigentes, que son títeres por derecha o por izquierda del saqueo colonial. Necesitamos una nueva dirigencia, real, que venga de abajo, que tenga ese sentimiento popular de amor a la Patria, y que no se corrompa por dos mangos con cincuenta ni por un millón, que tenga identidad y que sea leal al Pueblo. Si nosotros logramos eso, no tenemos techo.”
La lucha por obtener justicia sobre la causa Malvinas continúa y está presente en lo más profundo de nuestra identidad: «El pueblo tiene claro qué significa la causa Malvinas, lo manifiesta en cientos de miles de huellas urbanas por todo el país, donde se entiende a Malvinas como una causa de autodefinición identitaria, autoafirmación identitaria, de lucha contra el colonialismo, de reafirmación del carácter de nuestra condición de argentinas y argentinos. Lo ha manifestado hace 4 meses cuando fueron los festejos del mundial, donde además de acordarse del gran Diego Maradona y del actual ídolo futbolístico Lionel Messi, se habló de ‘los pibes de Malvinas que jamás olvidaré'». Resulta importante entonces reflexionar sobre cómo reivindicar a nuestros héroes caídos hoy en día y conseguir la justicia que tenemos adeudada con los ex-combatientes y las familias, cómo aportar a la lucha por tener una patria libre, justa y soberana.