[FM Riachuelo, 24/09/2022] Este jueves a la mañana, Organizaciones Ambientales, Organizaciones Sociales y Sindicatos se congregaron en las puertas del anexo del congreso para exigir que se avance con la Ley de Humedales, que lleva más de una década sin ser tratada. En un contexto donde las quemas intencionales se hacen cada vez más frecuentes en el Delta del Paraná y en las distintas provincias del país, se hace urgente el tratamiento y la sanción de la Ley de Humedales como una herramienta más para el cuidado de la Casa Común que las comunidades organizadas ya emprenden en los territorios.
A las 9 de la mañana, dentro del anexo se trataron, en un plenario de comisiones, los diez proyectos que existen en la cámara de diputados para la Ley de Humedales. Afuera, Organizaciones Ambientales, Organizaciones Sociales y Sindicatos llegaban con pancartas y banderas, haciendo oír los reclamos que, a lo largo del país, se vienen manifestando por la situación crítica de los territorios afectados por el agronegocio y el negocio inmobiliario.
“Esta ley implica dos proyectos de país: los proyectos del fuego, de los poderosos, de los terratenientes; y un proyecto que puja desde abajo, desde el río, desde los humedales, que favorece a los trabajadores y a las trabajadoras”, explicó Marina Josky, referente del Movimiento Popular La Dignidad y secretaria de Géneros de la UTEP.
“Parte de nuestra soberanía está en el cuidado de nuestro medio ambiente, el cuidado de nuestra tierra y en la forma agroecológica de producir, en la forma de cuidar nuestros alimentos y nuestro territorio (…) Nunca más importante esta Ley de Humedales que está integrada dentro de la Ley General de Tierra, Techo y Trabajo porque nos parece un proyecto emancipatorio y soberano en el carácter de liberación de nuestros territorios y de la economía de nuestro país”, desarrolló sobre la Ley de humedales, que también se encuentra en el proyecto de país presentado en un paquete de leyes por la Unión de Trabajadores de la Economía Popular.
Carina Maloberti, secretaria general del ATE SENASA y referenta de Convocatoria Segunda Independencia, expresó: “Este movimiento por la vida de nuestras comunidades, de nuestros pueblos, nuestros barrios y nuestros sectores de trabajo, ya se está extendiendo y está encontrando eco en otras movilizaciones a nivel regional, porque hay un capitalismo salvaje y depredador. Y los pueblos, en esta guerra que nos declararon estas oligarquías transnacionales, extractivistas y contaminantes, hemos dicho basta.”
“Si las estructuras ya caducas de un estado al servicio de unos pocos, en contubernio con los grandes negocios del agro, de los sojeros y de las energías contaminantes no lo entienden, estamos decididos y decididas a darles pelea. Los pueblos acusamos la guerra que nos declararon, ahora que escuchen los tambores de guerra nuestros, porque no vamos a dar ni un paso atrás”, manifestó al calor de la masiva movilización que congregó a Movimientos Populares de todos los sectores.
De toda la diversidad presente, sale a la luz el carácter de un Movimiento de Trabajadores que encuentra la unidad en el proyecto de un país que entiende que la soberanía sobre nuestros territorios y el cuidado de la Casa Común son ejes fundamentales.
Luciano Álvarez, secretario de organización del Movimiento Popular Los Pibes, reflexionó en este sentido: “El acceso a pequeñas producciones alimentarias, el cuidado de la Madre Tierra, seguir teniendo pulmones verdes en nuestras ciudades, la posibilidad de pequeñas colonias en donde existen los humedales y los compañeros laburan; todo ese tipo de políticas están cruzadas con la posibilidad de que la tierra sea un bien social al cual nuestro pueblo pueda acceder para resolver las necesidades de la vida, y no que la tierra sea una más de tantos temas que no enajenan, nos quitan a los pueblos y se transforman en especulaciones inmobiliarias y financieras que se alejan de los problemas de nuestra patria.”
“Hoy esto se está discutiendo en todo el país. Compañeros nuestros están en diferentes lugares, donde está habiendo acción medioambiental desde las Organizaciones Populares, llevando el debate no en el centro, no donde atiende la clase política, sino en los lugares reales donde esto impacta en la vida cotidiana de las familias (…) No es un problema ‘verde’, de los problemas que fabrica la agenda del banco mundial para desviar muchas veces las peleas de los pueblos, sino que es un problema que tiene que ver con resolver la vida, esto lo dice el Papa Francisco en las encíclicas, lo viene escribiendo con mucha claridad. Techo, Tierra y Trabajo son temas que están profundamente intrincados con estas demandas medioambientales”, reflexionó.
El dictamen del plenario en diputados se pospuso para el próximo jueves a la misma hora en el anexo del congreso. El dilatamiento de la sanción de esta ley, que se remonta a una década atrás, habla de la realidad de los tiempos institucionales para decidir lo que el pueblo en las calles de todo el país ya decidió: una Ley de Humedales para dar un paso más en el freno a este sistema de muerte, y la construcción de una alternativa por y para la comunidad que cuida la Casa Común.