COOPERATIVA LA BOYA DE PIPINAS INAUGURA PESCADERÍA POPULAR. UNA EXPERIENCIA DE SOBERANÍA ALIMENTARIA DE LA ECONOMÍA POPULAR.

[Cooperativa La Boya, 09/11/2023] Llegaron por la necesidad de laburo desde muy jóvenes. Se iniciaron informalmente en la descarga del producto de la pesca de pescadores artesanales con experiencia en la actividad en la zafra de “la variada” y así se fue armando el grupo: “no nos fuimos más” dicen dos jóvenes pescadores artesanales de la Cooperativa de Pesca Artesanal La Boya, de Pipinas, que, además, junto con la presidenta de la cooperativa, acaban de lograr sus flamantes “libretas de pesca”, documento que acredita legalmente su trabajo de pescadores en la categoría de “Patrón Motorista Profesional de tercera”.

Sentadxs alrededor de una mesa improvisada dentro de un local en refacción de la Cooperativa, en una charla informal sin desperdicio, nos contaron el proceso de lucha, organización y conquistas que vienen dando hace 4 años y que el próximo 21 de noviembre tendrá otro jalón con la celebración de la inauguración de una pescadería popular en Pipinas, la primera del partido de Punta Indio.justineanweiler.com panske teplaky justineanweiler.com holroydtileandstone.com justineanweiler.com massage pistol iansargentreupholstery.com justineanweiler.com jorgensenfarmsinc.com justineanweiler.com bežecká obuv holroydtileandstone.com massage pistol bežecká obuv jorgensenfarmsinc.com

Al comienzo de la charla, Tití de 23 años y Tore de 30, contaron cómo comenzaron en el oficio de la pesca artesanal y en qué consiste el trabajo. “Por intermedio de la descarga empecé, hasta me mareaba cuando me subía a la lancha, pero después me animé y aprendí a laburar con las redes, a desenmallar pescado, usar el gps, navegar de noche y de día. En la (temporada de) corvina rubia estamos embarcados todo el día, entre 12 y 14 horas, durante 3 a 4 meses”. En el rol de Marinero, “hacemos los movimientos dentro de la lancha, lo que nos pide el Patrón de pesca, que va concentrado en la embarcación, traemos el combustible y asistimos al conductor, desenredamos las redes y dejamos alistado todo lo necesario para salir».

Hace 10 meses, desde la cooperativa La Boya, impulsaron y lograron que se realice el primer curso de MARINERO y PATRÓN en el distrito cuyo proceso culmina, previo examen, con el otorgamiento de la “libreta de Patrón de 3ra”. “Dimos la libreta y la dimos los tres bien”. Estudiaron mucho. “Para recibir este título tuvimos que aprender más cosas de las que sabíamos, porque esto sirve para hacer otros trabajos, inclusive en embarcaciones más grandes”.

Ahora con el carné qué les cambia, le preguntamos. “Estamos legales, nos podemos mandar seguros”. “Cuando nos agarra prefectura estas legal”. La libreta que lograron es la de Patrón de pesca. “Te permite navegar, manejar. Allí te van sumando las horas cuando embarcas, la cantidad de horas de trabajo que luego quedan registradas en el sistema previsional”.

En la charla, mate mediante, también Vanesa, presidenta de la cooperativa, explicaba la importancia de haber obtenido la libreta: “el tema es que el estado no promueve ni acompaña el proceso de formalización de los trabajadores de la pesca artesanal. Y se hizo costumbre la informalidad, al punto tal que viven en condiciones precarias la mayoría de ellos. Es un oficio que existió siempre pero hoy requiere de la formalidad para poder trabajar bajo el sistema de reconocimiento vigente. Hasta la exportación hoy te lleva a estar legal, para que el acopiador no se aproveche de la informalidad y pague menos la producción. Entonces nosotrxs dimos la pelea para no ser más esclavos de nadie y empezar a decidir dónde pescar, a quién vender y a qué precio. El carné te da esa libertad.»

La experiencia y el logro de este grupo llama la atención en el entorno de la pesca, pues es un ejemplo a seguir. “Llegamos a algo que nunca pensamos que íbamos a llegar”, “si ellos nunca llegaron, menos voy a llegar yo” pensaba Tití en sus inicios. Conquistar y hacer realidad el curso y el carné, demuestra que es posible, con lucha, trabajo y organización.

Martín, otro integrante la Cooperativa la Boya se animó a preguntar, ¿Qué hay que mejorar en la pesca para que sea un laburo con más estabilidad? Porque no es fácil manejarse con un ingreso que no es regular… “Hoy cuando no es temporada (de pesca) también puedo hacer otras changas, pero si me das a elegir viviría todo el año de la pesca, y no me iría del pueblo” dijo enseguida Tití y Vanesa se explayó: “Pesca hay todo el año, las posibilidades no tienen techo, porque hay otras puntas para abrir y no sólo pescar: hacer distintas temporadas, la lisa, la variada, redes, o también un mercado más amplio como arreglar motores. Él (por Tití) empezó como descargador, terminó siendo marinero y hoy tiene su libreta de patrón, puede tener su propia embarcación. En la pesca hay para crecer, hay otras salidas en rubros anexos como el fileteado, buscar la venta del pescado propia. El valor agregado a la producción de la pesca”.

Y así en la charla fue entrando el tema de los desafíos por delante, luego de tamaño logro de las Libretas de pesca. “El desafío es claro, impulsar el consumo de pescado. Cómo enfrentarlo está en debate, pero también en acción. Comenzaremos por filetear y seguramente por delante podremos hacer que llegue”.

Hoy los acopiadores a quien le venden los pescadores artesanales el producto de la pesca va todo a la exportación. “Nos impusieron no comer pescado a los argentinos. Se llevan los recursos nuestros y no sabemos lo que tenemos que defender. No sabemos lo rico que es, cómo se cocina, como se come, las clases de pescado, lo que tienen, cómo se filetea, nunca nos enseñaron eso, por eso nos acostumbraron a que no nos guste y a no comerlo y se lo llevan todo afuera. Nos prefieren a los pescadores afuera del agua, por eso no se hacen los carnés y los permisos, porque así nos impiden defender los recursos, la soberanía del agua y vivir de eso y se lo llevan las empresas uruguayas y chinas. Barcos enormes que se llevan toneladas y toneladas de pescado.»

Entonces, cuentan, el próximo desafío que tienen por delante es poner en funcionamiento la primera pescadería popular del municipio de Punta Indio allí en Pipinas. Eso les permitirá generar más puestos de trabajo poniendo valor agregado a la producción de la pesca, al tiempo de ofrecer a la comunidad del distrito la venta y consumo de pescado de producción local. Que el pescado sea una opción de alimentación para el pueblo. “Vamos a organizar las distintas ramas, en el agua por la pesca, en la tierra con la pescadería y promover otras actividades conexas y de valor agregado, como producción de hamburguesas, filet, empanadas, elaboración de menúes con pescado e impulsar la fecha de la fiesta de la corvina rubia al comienzo de la zafra”. 

Vanesa concluye, “Todo lo que está pasando parece un accidente pero no lo es. Significa que se puede. Lo logramos cuando nos pusimos a trabajar, juntar las piezas que faltaban y organizarnos con un objetivo. En lo colectivo estuvo la fuerza para que no nos pudieran decir que no”.

“Se ama lo que se conoce” dice el mural realizado en la pared del frente del local donde se inaugurará la pescadería popular el próximo martes 21 de noviembre a las 14 hs, en calle 10 entre 5 y 7, en Pipinas.

 

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